El ágape masónico
En primer lugar, y procurando que sea en pocas palabras, intentare
decir como veo y siento yo que es esto de la masonería. Creo que, aún con cosas
en las que no estoy de acuerdo, tenemos un método único de entender el mundo y
de entendernos nosotros, el rito, que nos prepara para que entremos en un mundo
diferente, esto es necesario para dejar de estar en el que llamamos mundo
profano, nos predispone a concentrar nuestra atención en aquello para lo que
estamos aquí, de manera que si no fuera este rito sería necesario otro que
cumpliera con esa misma función. Aprovecho la ocasión para decir que quizás
habría que quitar algunas referencias a temas que pertenecen mas a las
creencias individuales y sustituirlas por otras mas acordes con nuestro sentir
laico, pero que a pesar de todo insisto sería necesario.
Si analizamos cada una de las partes que tenemos nos daremos
cuenta que todas son necesarias, el silencio del aprendiz es fundamental
en el camino que hemos elegido, es una situación que bien llevada nos conduce
por el camino del entendimiento personal y mejora nuestra capacidad para
aprender a escuchar atentamente lo que ocurre a nuestro alrededor, que gran
cosa, escuchar a las personas, sin ruidos que perturben nuestro entendimiento.
La lectura de planchas, el modo de intervenir, la manera de abrir los trabajos,
etc. todo lo que hacemos, si estamos atentos, veremos que nos encamina a la
construcción del edificio de la humanidad, sin partidismos, no por que los que
estamos aquí no seamos partidistas, sino por que aprendemos a compartir con las
otras personas lo que tienen que decirnos y aún no compartiendo no podemos
hacer uso de nuestro desacuerdo con formas que no son convenientes a la
convivencia, y digo convivencia, que es vivir en común, y no coexistencia.
Para no extenderme mas paso a una de las partes de la tenida, que
como las demás posibilita esa convivencia de forma muy especial, me refiero al
ágape fraternal, no está puesto ahí por una mente iluminada para solo comer,
sabemos que la alimentación, aparte de una necesidad humana, no solo cumple la
necesidad de nutrir, es también desde siempre una forma de socialización, en la
alimentación está la base de los grandes cambios históricos, son hitos en el
cambio de la humanidad, la caza, la agricultura, la elaboración de los
alimentos, todo ello aparte de cumplir con una función de mantenimiento y
desarrollo físico cumple con la función socializadora. El banquete es el lugar
donde se reúnen las personas a compartir una de las cosas mas necesarias para
la vida, la comida, tiempo que se dedica a conocer, hablar, compartir,
fraternizar, participar, hermanar, congeniar, hacer buenas migas, conciliar,
tomar parte de lo común, …..
No es el taller donde nos conocemos, allí trabajamos en lo que
está determinado, es en el ágape donde fluye la conversación intrascendente y
la trascendente, la broma y lo serio, mi yo y tu yo, allí sin el encorsetado
del rito, damos lo que somos, discutimos como en la vida profana, aprendemos a
compartir las diferencias, con respeto pero con despreocupación.
Es
una parte mas de la tenida y si somos capaces, haremos del ágape lugar de
encuentro y amistad, ello nos hará sentir con mas fuerza la fraternidad,
entender mejor los problemas de las personas, sus ilusiones, sus frustraciones,
sus alegrías, …..
Se comparten los alimentos al igual que se comparten los
trabajos, y se hace en un ambiente distendido y festivo, circulan los alimentos
al igual que circula la armonía, la energía en fraternidad. Cuando invitamos a
comer alguien compartimos con amor esa comida, así lo tenemos que hacer
nosotros, con amor, compartiendo lo que tenemos, en un acto simbólico, donde
todos tenemos sitio como iguales.
Allí todos somos iguales, leí en algún sitio que antiguamente, en
Inglaterra, al banquete solo se sentaban los de determinada clase social, en
nuestra logia y nuestra orden eso seria impensable, hemos hecho de la igualdad
norma común, así que rebajemos para esta realidad y parte importante de poder
llevarla a cobo es en el ágape.